jueves, 4 de agosto de 2011

Esta noche.


Esta noche prometo no llorar, te prometo que seré fuerte, que ni siquiera el fuerte viento que viene de frente podrá derrumbarme. Hoy veo el mar más azul, el Sol más cálido, el agua más clara y el café más oscuro, los abrazos más tiernos, las palabras más dulces, las estrellas más brillantes, la Luna más llena, será porque quizás todo se vea más bonito después de luchar.
Esta noche pienso escribir mi historia entre partituras de piano, entre nota y nota escribir los días que estuve presa, entre silencio y silencio intentar no derramar una lágrima por culpa de la soledad, cantarle al viento, alto, fuerte cuánto te amé, deslizar las yemas de los dedos por las teclas de color perla y dejar que la melodía de nuestro final comience para finalmente acabar con una sonrisa, acabar libre de dolor.
Esta noche, no pienso llorar por lo que nunca fuimos, no pienso llorar por los dulces momentos que ahora ahogo en mi taza de café, caliente, oscuro, espeso café del olvido.
Esta noche pienso rellenar de deseos todos estos botes de cristal. Estos botes antes contenían dulce confitura de fresa, arándano y melocotón que consumía en las amargas mañanas a falta de tu ausencia. Pienso vaciar las cajas en las que guardo palabras sin sentido alguno pero, sin embargo, que cobran importancia al salir de tu boca y las rellenaré con bombones rellenos de caramelo y vainilla.
Esta noche estallaré contra la pared tu bote de perfume, me desprenderé de tu olor, de los escalofríos que me producen y en su lugar el agua, ese líquido neutral, será lo único que rociaré por mi cuello.
Esta noche escribiré en una libreta cada uno de los días que he llorado por ti, rellenaré cada una de las páginas con dolor, ira y desesperación y la quemaré, haré que mi pena se haga libre finalmente, que se consuma junto a las cenizas.
Esta noche cesarán los suspiros y junto a ellos la imparable tormenta que amenazaba con destruir completamente los principios que me componen  y cuando por fin deje de sentir, las nubes emigrarán hacia otro corazón atormentado, dejando por fin libre lo que un día fue un oscuro cielo.
Esta noche enterraré mi fidelidad, no muy profunda, quizás la necesite en otra ocasión y en su lugar rescataré una bonita mirada, perdida en el horizonte y le pondré rumbo, rumbo hacia lo que podría ser nuestra felicidad.
Esta noche cumpliré por fin mis sueños, dejaré de soñar con tu sonrisa, empezaré a soñar con la mía de una vez, soñaré con mis metas, con lo mejor que hay dentro de mí.
Esta noche intentaré poner en orden mis sentimientos, al igual que colocar las piezas de un puzzle; aunque quizás sea mucho trabajo para una sola noche.

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