miércoles, 26 de octubre de 2011

El tiempo y la soledad van marchitando los sentimientos.


Hoy, el sonido más hermoso ha sido el silencio.
Me cansa vivir rodeada de problemas, de prisas, de agobios, solo quiero pararme en medio del camino y mirar arriba, poder ver el cielo azul, las blancas nubes, sentir la suave brisa y dejar que la luz del Sol caliente mi frío y vacío cuerpo, el que una vez fuiste tú quien lo completaba.
Desde que te fuiste el camino se ha complicado. Te ha sustituido alguien llamada soledad, no me gusta su compañía, a su paso el cielo se oscurece, tanto que no puedo verte; las nubes empiezan a llorar, creo que ellas también te extrañan; hace más frío y poco a poco me cuenta moverme, me cuesta volver a esbozar una sonrisa, la desesperación me ha inundado, la agonía va corriendo por mis venas, dañando todo mi cuerpo.
Ya solo soy un árbol marchito, solitario... este árbol un día estuvo lleno de flores y frutos, aunque no era muy bello se veía bastante bien, con algunas ramas secas, como cualquier otro, pero un día vino una inesperada sequía, a la que todos denominaban ''amor'', claro, el inocente árbol no se percató de lo que ello suponía, de un gran campo se dejó enamorar por una bella rosa de apariencia, pero sin darse cuenta de las grandes espinas que escondía detrás de sus hojas, hojas que le atraparon y llevaron a la perdición. Intentó afrontar con valor y esfuerzo, pero acabó por marchitarse, por dejar caer sus hojas al suelo, por dejar que pisotearan sus alegres flores, por dejar que sus frutos se pudrieran lentamente en el suelo mientras él no hacía otra cosa que lamentarse, sufrir, morir lentamente...
Ya no hay pétalos en el suelo, significa que el viento se los ha llevado; al igual que los recuerdos y los segundos vividos que el tiempo va borrando, es doloroso ver como una parte de ti se ha esfumado, como lo que aún significa tanto para ti otros apenas lo llegan a recordar, duele saber que el amor dado jamás será recibido...


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