sábado, 15 de octubre de 2011

Búsquedas y pérdidas entre las estaciones incompletas.

He vuelto a recaer en esta maldita enfermedad, esa que recubre mi corazón de un frío hielo, que hace que se estremezca, lo hiere y solo es a ti a quien le deja la clave para liberarlo y que con tu calor lo puedas reclamar siempre que quieras, al fin y al cabo... te pertenece; te pertenezco.
Sí, el amor vuelve a hacerme presa.
He escrito tantas confesiones que nunca te he entregado, he susurrado tantos ''te quiero'' que nuca has oído, he esperado tanto tiempo a que vinieras que he terminado por congelarme por la ausencia de tu presencia, mientras tú te alejabas por otros caminos con un final que no soy ni será yo... y que sin embargo, sigo aquí, quieta, delante de la nada esperando a que tú aparezcas.
Te amo, lo confieso. 
Las traviesas mariposas de mi estómago están preguntando por ti, están empezando a perder su entusiasmo, les cuesta si no estás ahí para darles vida con tan solo acercarte a ellas ¿por qué no vienes y les explicas que no las quieres? Ven, clávales pequeñas agujas en sus cuerpos, haz que se retuerzan de un insoportable dolor -solo serán unos instantes-, haz que de una vez descansen en paz, ayúdalas a que paren de revolotear hacia una falsa ilusión; y después, vendrá la soledad, vendrá un gran hueco, el que antes ocupaba tu perfecta persona...
Mis labios están ansiosos de rozar los tuyos, de que inundes este invierno que hay en mi interior de un cálido verano, lleno de amor, sueños e ilusiones que compartiremos... ¿pero por qué lo único que los rozan son lágrimas? Esas que nacen de unos ojos que extrañan verte...
No hay palabras para expresar la falta que me haces, para expresar como con solo pensar en ti, en tu voz, haces que mi cuerpo se conmueva. Imagino tus brazos fundiéndose con mi cuerpo en un interminable abrazo, imagino tus dedos creando figuras sin sentido en mi espalda -y por qué no, acariciando mis labios-, imagino tus ojos mirándome, atrapándome y tus labios esbozándome una sonrisa, con solo una me bastaría -aunque si te sientes generoso, tus  dulces besos no le vendrían mal a este amargo corazón-.
Mi corazón solo vive en dos estaciones, un marchito otoño lleno de soledad y pérdidas, seguido de un frío invierno, lleno de enfermedades, dolor y como no,más soledad... trae ya de una vez la bonita primavera, alegre y colorida, junto al cálido verano, lleno de ternura y sonrisas. Esperaré, aunque tú no hagas nada por tomar este camino que da hasta mi paradero.
Aún sigo buscándote entre los vientos fugaces, que no paran de pronunciar tu nombre, pero sin embargo, nunca anuncian tu llegada... parece que cada vez que te alcanzo, ya te has ido.

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